Al distinguir entre los distintos elementos que conforman el mundo observable, comprobamos la enorme amplitud de formas a que ha dado lugar la Naturaleza en su evolución. Al margen de los elementos inanimados que, no obstante, también cambian y se diferencia en el transcurso de eones, no podemos por más que maravillarnos de la diversidad existente de todas las formas vivas.
La Biodiversidad, esa distinción entre especies vivas producto de la variabilidad genética, es una de las características clave del planeta Tierra. Cuando hablamos de Diversidad lo hacemos entre las distintas especies, mientras que cuando tratamos de las distinciones en el seno de cada especie (es decir, intra especie) toca usar el término de Diferenciación. El proceso de transformación que sufre el conjunto de seres vivos y al que denominamos Evolución es objeto de estudio por la Biología.
La Diversidad es un concepto enteramente biológico, mientras que la Diferenciación lo es en la medida que se aplica al resto de especies vivas, pero cuando es de aplicación a la nuestra (a Homo sapiens, y por extensión a todo el género Homo) interviene también la Cultura.
La adaptabilidad del conjunto de seres vivos a las condiciones cambiantes de la Naturaleza es un hecho biológico, y la presencia de las distintas especies en cada bioma responde a la eficacia biológica que las mismas han tenido para permitir su supervivivencia. En el caso de los humanos, a dicha adaptabilidad ha contribuido, y en un grado creciente, la cultura con que cada grupo ha afrontado esas cambiantes condiciones de tal manera que, a partir de un momento indefinido pero antiquísimo, más que adaptación de los humanos a la Naturaleza se procedió a la adaptación de ésta última a los humanos, primero con la domesticación de animales y plantas (ganadería y agricultura) y después, y aún continúa hoy, con la modelación de la Naturaleza a nuestro antojo, extrayendo minerales de sus entrañas, construyendo vías de comunicación terrestres, construyendo viviendas, aldeas, ciudades y megalópolis, alterando por completo el paisaje que nos rodea.
La dispersión territorial de los individuos de las distintas especies Homo adaptándose a los distintos biomas ha conllevado procesos de diseminación, primero por África, luego por Euroasia, después por Oceanía, finalmente por América y, en época reciente, hasta la Antártida, poblando el conjunto de tierras emergidas en una expansión progresiva y generalizada que ha convertido a nuestra especie en la más difundida por el planeta.
En cambio, cuando abordamos las diferencias entre los humanos concernientes a la distribución del poder, y de las cuestiones socioeconómicas, tenemos que hablar de Desigualdad. Y ésta nada tiene que ver con la Biología, por más que sujetos haya habido o los haya aún que expongan y defienda que cuando menos el sustrato de las mismas tenga naturaleza biológica (principalmente por lo que mal denominan razas, y que en realidad son etnias).
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